DESTRUCCIÓN DE LA MAÑANA (1.)
Y de pronto una voz, mirada, un gesto
tropieza con mi idea de mí mismo
y veo aparecer en el espejo
a un ser inesperado, insospechado,
que me mira con ojos que son míos.
Ese desconocido que soy yo.
Ese al que los demás se dirigían
al dirigirse a mí, sin yo saberlo.
Ese irreconocible ser inmóvil
que inspecciona mis rasgos hoscamente.
En vano apremio al otro, el verdadero,
a aquel que unos segundos antes yo era.
Sólo está frente a mí, con ceño adusto,
ese desconocido inesperado
que me mira con ojos que son míos.
José María Fonollosa
E de repente uma voz, olhar, um gesto
tropeça com a minha ideia de mim mesmo
e vejo aparecer no espelho
um ser inesperado, insuspeitado,
que me olha com olhos que são meus.
Esse desconhecido que sou eu.
Esse a quem os outros se dirigiam
ao dirigir-se a mim, sem eu saber.
Esse irreconhecível ser imóvel
que examina meus traços de revés.
Aperto vão ao outro, o verdadeiro,
aquele que era eu momentos antes.
Está só ante mim, de cenho adusto,
esse desconhecido inesperado
que me olha com os olhos meus.
(Trad. A.M.)
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