11.6.21

Oliverio Girondo (Milonga)





MILONGA 



Sobre las mesas, botellas decapitadas de “champagne” con corbatas blancas de payaso, 
baldes de níquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de “cocottes”. 

El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso, 
contradice el pelo rojo de la alfombra, imanta los pezones, los pubis 
y la punta de los zapatos. 

Machos que se quiebran en un corte ritual, la cabeza hundida entre los hombros, 
la jeta hinchada de palabras soeces. 

Hembras con las ancas nerviosas, un poquitito de espuma en las axilas, 
y los ojos demasiado aceitados. 

De pronto se oye un fracaso de cristales. 
Las mesas dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire. 

Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía dentro; 
mientras entre un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas, 
como una rueda de cohetes de bengala. 

Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta. 


Oliverio Girondo 





Sobre as mesas, garrafas decapitadas de champanhe com gravatas brancas de palhaço, 
baldes de níquel que trasladam braços escanzelados e costas de ‘cocottes’. 

O bandoneão canta a espreguiçar-se, como um bicho baboso, 
contradiz o pelo encarnado dos tapetes, imaniza os mamilos, 
o púbis e a ponta dos sapatos. 

Machos a partir-se num corte ritual, de cabeça afundada entre os ombros, 
a fuça inchada de palavras soezes. 

Fêmeas de ancas nervosas, um pouquitito de espuma nas axilas e de olhos oleados de mais. 

Ouve-se de repente um fracasso de vidros. 
As mesas dão um pinote, atiram quatro coices no ar. 

Um espelho enorme desaba com as colunas, mais as pessoas que tinha dentro. A par do guarda, entra a aurora vestida de violeta

 (Trad. A.M.)

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