14.5.12

Federico Díaz-Granados (Os adeuses)






LOS ADIOSES



Hubiera podido obsequiarte
aquel cine donde vimos
Notting Hill y American Beauty.


Hubiera querido regalarte los hoteles donde nos escondimos
Me hubiera gustado ser el dueño del café en que nos despedimos
Donde escuchamos tantas canciones que hoy son un soundtrack de nuestras vidas.


Y fui ventana donde se estrellaron pájaros
Y el sol me calentó como campanas de bronce de una gótica catedral
Como ángeles que buscan en los escombros restos de su vuelo
Y la luz más allá del paraíso.


Y no hubo obsequios
Y puse el cielo sobre tu cuerpo y lo volviste viento
Y puse el viento sobre tus ojos y lo volviste sueño
Puse sueño en tu silencio
Y lo volviste noche
Y esta noche no hay cielo, viento y sueño
Que conviertan mi corazón
En una luz donde retorne el amor.


Y es por este amor lejano y verdadero
Que las palabras tienen música sobre el papel que nadie canta
Como quien golpea durante horas una casa vacía
Como quien patea latas vacías en el corazón.



Federico Díaz-Granados







Podia ter-te oferecido
aquele cinema onde vimos
Notting Hill e American Beauty.


Queria oferecer-te os hotéis onde nos escondemos
Gostava de ter sido dono do café onde nos despedimos
Onde escutámos tantas canções, hoje o soundtrack das nossas vidas.


E fui janela onde se esmagaram pássaros
E me aqueceu o sol como sinos de bronze duma catedral gótica
Como anjos buscando nos escombros restos do seu voo
E a luz para além do paraíso.


E fora de obséquios
Pus o céu em teu corpo, fizeste-lo vento
Pus o vento em teus olhos, fizeste-lo sonho
Pus sonho em teu silêncio
E fizeste-lo noite
E esta noite não há céu, vento, nem sonho
Que façam de meu coração
Uma luz de que retorne o amor.


E é por este amor distante e verdadeiro
Que as palavras têm música no papel que ninguém canta
Como quem bate durante horas a uma casa vazia
Ou chuta latas vazias lá dentro do coração.



(Trad. A.M.)

.