9.7.14
María Sanz (Pardais)
GORRIONES
Que la lluvia cayera en los Jardines
era sólo espejismo. Que mis ojos
acogiesen tristezas, contemplando
inmóviles gorriones ateridos,
no era más que el escorzo de otros tiempos
de humedad retorcida entre las manos,
de pálidos alberos que sentían
el peso de unas alas. Y la lluvia,
detenida en el aire,
remontaba el temblor de aquellos pájaros
clavados en la tierra. Que mis ojos
no supieran llorar, era presagio
de que iban a cerrarse en otros vuelos.
MARÍA SANZ
Jardines de Murillo
(1989)
[María Sanz]
Que a chuva caísse no jardim era
miragem só. Que meus olhos
acolhessem tristezas, contemplando
imóveis pardais transidos,
era apenas o escorço de outros tempos
de humidade retorcida nas mãos,
de pálidos recantos sentindo
o peso das asas. E a chuva,
suspensa no ar,
vencia o tremor desses pássaros
cravados na terra. Que meus olhos
não soubessem chorar, era um presságio
de que iriam fechar-se noutros voos.
(Trad. A.M.)
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