CUANDO
DESCANSO LOS OJOS
Cuando
descanso los ojos
y
voy flotando en el sueño,
lo que
escucho todavía
es el
sonido del hierro.
Todo
sonaba en la tienda
enemiga
del silencio:
los
clavos sobre el platillo
de la
balanza cayendo
y el
choque de las caderas
redondas
de los pucheros.
La chapa
galvanizada
en
hornos altos de fuego
vibraba,
curvada y dulce
materia
de los calderos.
Las
guadañas se escogían
arrancándoles
el eco.
¡Todo un
bosque de metales
y
yo perdido en su centro!
Podré
olvidar el color
de las
cosas que me vieron
crecer
desde los estantes,
pero su
canción no puedo.
Lo que
sonaba en la tienda
vuelve
en la niebla del sueño,
tan
claro que me pregunto
si estoy
soñando despierto.
Antonio Pereira
Quando
descanso os olhos
e vou
boiando no sonho
o que
sinto ainda
é o
ruído do ferro.
Tudo
soava na tenda
inimiga
do silêncio,
os
cravos a cair
no prato
da balança
e as
panelas chocando
umas
contra as outras.
A chapa
galvanizada
em altos
fornos de lume
vibrava, matéria-prima
suave dos caldeiros.
As
gadanhas escolhiam-se
arrancando-lhes
o eco.
Todo um
bosque de metais
e eu
perdido lá dentro!
Poderei
esquecer a cor
das
coisas que me viram
crescer
postas nas prateleiras
mas a
música não posso.
O que
soava na tenda
volta agora
na névoa do sonho,
tão
claro que me interrogo
se não estou
sonhando acordado.
(Trad.
A.M.)