SONETO
LXXIX
De
noche, amada, amarra tu corazón al mío
y que
ellos en el sueño derroten las tinieblas
como un
doble tambor combatiendo en el bosque
contra
el espeso muro de las hojas mojadas.
Nocturna
travesía, brasa negra del sueño
interceptando
el hilo de las uvas terrestres
con la
puntualidad de un tren descabellado
que
sombra y piedras frías sin cesar arrastrara.
Por eso,
amor, amárrame el movimiento puro,
a la
tenacidad que en tu pecho golpea
con las
alas de un cisne sumergido,
para que
a las preguntas estrelladas del cielo
responda
nuestro sueño con una sola llave,
con una
sola puerta cerrada por la sombra.
Pablo
Neruda
À noite,
amor, amarra teu coração ao meu
e que
ambos em sonho vençam as trevas
como um
duplo tambor combatendo no bosque
contra o
muro espesso das folhas molhadas.
Nocturna
travessia, brasa negra do sono
interceptando
o fio das uvas terrestres,
com a
pontualidade de um trem desgovernado
que sem
parar arrastasse a sombra, as pedras frias.
Por isso,
amor, ata-me ao movimento puro,
à
tenacidade que em teu peito bate
com as
asas de um cisne submerso,
para que
às perguntas estreladas do céu
nosso
sonho responda com uma só chave,
com uma
porta só, fechada pela sombra.
(Trad.
A.M.)