15.7.16

Ramón Irigoyen (Ervinha do coração)





YERBIN DEL CORAZÓN



La amistad es una mata fresca que echa flores
blancas, rojas, azules y amarillas
y desparrama un aroma espeso
a alcoba alegre y recogida
donde durmieron muchos cuerpos jóvenes.
La amistad es una tormenta de licores
dulces, secos, amargos, lujuriantes
y uno se emborracha algunas noches
hasta rodar abriéndose hasta el cielo.
La amistad más caliente
huele a campo y a bar con mucha gente
y tiene las holguras bien dispuestas
de un puerto con mil barcas.
La amistad es una liebre con maneras de reina.
En su bosque cobija compañía y delicias,
también alguna espina.
Pero, igual que el amor se desmorona
y se convierte en una sombra paralítica,
la amistad más radiante se apaga algunas veces.
Y entonces el amigo del alma
te invita a su chalé con muchas rosas
y saca unas cervezas poco frescas.
y en el jardín te sientas a su lado
y cuando aún con emoción le dices
¡Qué hermosos los ciruelos!
te contesta a un tiro de honda
acércame ese plato de aceitunas,
y ya nada hay que hablar.
Y te levantarás con la tristeza de los árboles
y por primera vez no apretarás su mano al estrecharla
y rodarán al césped doce barbos.


Ramón Irigoyen




A amizade é um bosque viçoso que deita flores
brancas, vermelhas, azuis, amarelas,
e espalha um aroma espesso
de alcova alegre e recolhida
onde dormiram cem corpos jovens.
A amizade é um temporal de licores
doces, secos, amargos, luxuriantes,
em que a gente se embriaga em certas noites
até rolar e se abrir em cima o céu.
A amizade mais calorosa
cheira a campo e a bar com muita gente,
tendo a larguea e as folgas
de um porto com mil barcos.
A amizade é uma lebre com modos de rainha,
abrigando-se em seu bosque companhia e mil delícias,
e também alguns espinhos.
Mas assim como o amor se esbarronda
e se converte numa sombra paralítica,
a amizade mais radiosa também se apaga algumas vezes.
E então o amigo do coração
convida-te para o seu chalé florido,
e vai buscar umas cervejas mal geladas
e senta-te a seu lado no jardim
e quando tu lhe dizes 'Que belas ameixas!'
ele aí responde distante:
'Chega-me esse prato de azeitonas',
e acabou a conversa.
Aí, tu levantas-te, triste como as árvores,
sem lhe apertar a mão com força,
pela vez primeira.
E doze barbos rolarão pela relva, e duas bogas.


(Trad. A.M.)

.