20.12.13

Cysko Muñoz (A palavra precisa)





LA PALABRA PRECISA



Después de enviarle
más de cien poemas
me escribe y me dice
que esos no son
los poemas que ella quiere,
que no son certeras
que no son precisas
las palabras.

Me dice
que la palabra precisa
nace en el valle
escala montañas
se alza
y su eco
llega hasta el mar.

Que la palabra precisa
desciende las playas
remonta mareas
alcanza los barcos
y los lleva hasta puerto
deshace los nudos
amordaza sirenas
y los piratas riendo
no pueden
dejar de brindar.

Que la palabra precisa
se eleva a los cielos
y atrapa huracanes,
que acalla tormentas
pero acompaña a la lluvia
en su viaje hasta el suelo.
Que la palabra precisa
riega los campos
alimenta la tierra
y endulza los frutos.

Que la palabra precisa
en el corazón de los hombres
es la luz que prende
y calienta las almas,
que es el antídoto
de la soledad certera,
que abriga los cuerpos
que eleva el poema
que seca la lágrima
y evidencia la piedra
para no volver a tropezar.

Que la palabra precisa
es la esparraguera
donde yace mi padre.
Que la palabra precisa
son sus cenizas cuidando
del bosque.
Que la palabra precisa
mantiene el recuerdo
y aviva la llama
y me convierte de nuevo en un niño
que juega feliz a sus pies.

Que la palabra precisa
nos da la mano
y nos lleva.
Que nos envuelve en caricias
y nos arranca los miedos,
que en el camino
nos infunde el aliento
y nos reconcilia
para poder mirar atrás.

Me escribe y me dice
que los poemas que le envío
no son los poemas que ella quiere.
Que no son certeros los versos
que no la hacen volar.
Que ella solo ama
la palabra precisa.

Y yo me arranco el cabello
levanto el asfalto
incendio colegios
desnudo las calles
arraso los parques
destripo el pasado
buscando unos versos
que la hagan temblar.

Y yo
atravieso el insomnio
y busco la llave.

Y yo me vuelvo loco
a la caza certera
de la palabra precisa
que le haga saber que nadie
la amará nunca
como ya he empezado
a amarla yo.

Cysko Muñoz



Depois de lhe mandar
mais de cem poemas
ela escreve-me e diz-me
que não são aqueles
os poemas que quer
que não são as certas
as palavras
nem são exactas.

Diz-me
que a palavra exacta
nasce no vale
escala montanhas
eleva-se
e o seu eco
chega até ao mar.

Que a palavra exacta
desce às praias
sobe marés
alcança os barcos
e condu-los a porto
desata os nós
amordaça sereias
e os piratas rindo
não param de brindar.

Que a palavra exacta
se ergue aos céus
apanha furacões
acalma tormentas
mas segue a chuva
a descer até ao chão.
Que a palavra exacta
rega os campos
alimenta a terra
e adoça os frutos.

Que a palavra exacta
no coração dos homens
é a luz que prende
e aquece as almas,
que é o antídoto
da certa solidão,
que abriga os corpos
que eleva o poema
que seca a lágrima
e põe a pedra à vista
para se não tropeçar.

Que a palavra exacta
é o canteiro de espargos
onde jaz o meu pai.
Que a palavra exacta
são as cinzas dele
adubando o bosque.
Que a palavra exacta
mantém a lembrança
e aviva a chama
e faz-me novamente menino
brincando a seus pés.

Que a palavra exacta
nos dá a mão
e nos leva.
Que com carícias nos prende
e nos tira os medos,
que nos alenta para o caminho
e nos reconcilia
para olharmos para trás.

Escreve-me e diz-me
que os poemas que lhe envio
não são aqueles que ela quer.
Que não são os certos os versos
que não a fazem voar.
Que ela ama apenas
a palavra exacta.

E eu arranco os cabelos
levanto o asfalto
incendeio colégios
desnudo ruas e praças
arraso os parques
estripo o passado
em busca de versos
que a façam estremecer.

E eu
atravesso a insónia
à procura da chave.

E eu endoideço
à caça da palavra exacta
que lhe faça saber
que ninguém a amará nunca
como eu comecei a amá-la já.

(Trad. A.M.)

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