3.6.13

Teresa Calderón (Ciúmes que matam mas nem por isso)





CELOS QUE MATAN PERO NO TANTO



1

Ya había visto sus ojos en los tuyos que no me miran que se mueren por verla.

2

Era un desliz definitivo. Desde un bolsillo de secretos un nombre de mujer tu letra un número la prueba final en la estructura mítica del héroe -consultar Villegas, Juan- desde el bolsillo esa mujer ese cuerpo de tus delitos.

3

Mañana marcaré ese número. Repetiré la operación hasta dar con esa palomita. Pienso decirle menos cosas de las que pienso. Pero a ti te lo advierto nos encontraremos los tres y sean cuales fueren los resultados te lo prometo aquí va a haber un muerto habrás un muerto en la familia querido mío.

4

Como ves o como no ves estoy pendiente de ti. Estoy el colmo de ti.

5

He aguzado el olfato para husmearla mejor en tus camisas en los jardines de tu pecho. Si captaras la sutileza de mi oído qué magnífico espectáculo pegado a las puertas el ojo a las cerraduras como el náufrago a su tabla y todo el océano para él solo.

6

Todos mis sentidos alerta pueden reconocerte a una distancia de metros bajo una niebla de película en pleno centro de Santiago a las doce del día en medio de la gente animal. Todos mis sentidos alerta. Dije todos menos el sentido del humor.

7

Cuídate de mí, maldito, porque te amo.

8

Más vale que te cuides. Tú sabes una caída en la ducha esas son caídas fatales me entiendes un remedio demás o equivocado te fijas un accidente casero cualquiera tiene en la vida arreglabas un enchufe y ¡oh, sorpresa, Fiat Lux! me comprendes o el cuchillo de cocina guardado adentro de la cama o el gas lento pero seguro no olvidemos. Por eso cuídate mejor que te encuentre confesado oleado y sacramentado y todo si te descubro amadísimo héroe.

9

Te acaricio te araño con táctica felina porque estás mintiéndome porque te juro lo sé todo aunque no digas ni pío.

10

Tardaría la noche entera enumerando los espantos que te haría si se confirmaran mis -según tu miserable opinión- infundadas sospechas. No tienes idea la de horrores que soy capaz, mi vida, la infinidad de maleficios que prepararía en la cocina hasta dar con esa pócima que te pusiera fuera de combate.

11

En esta guerra sangrienta las matemáticas están claramente de tu parte, yo soy una y una no es ninguna. Ante una ventaja así, no cabría más que deponer esas armas con las que no cuento y saludarlos con mis mejores deseos: que sean tremendamente infelices, que se pudran. Quiero que reciban periódicamente a la cigüeña cargada de imbunches, que no falten al himeneo las reinas de la muerte, las parcas de infalibles tijeras ¡Oh, Mnémesis, diosa fantástica de la venganza!


Teresa Calderón


[TriploV]




1

Eu tinha visto seus olhos nos teus que não me olham e morrem por vê-la.

2

Era uma falha definitiva. Num bolso de segredos um nome de mulher a tua letra um número a prova final na estrutura mítica do herói – consultar Villegas, Juan – no bolso essa mulher esse corpo dos teus delitos.

3

Amanhã marcarei esse número. Repetindo a operação até dar com essa pombinha. Penso dizer-lhe menos coisas do que aquelas que penso. Mas a ti aviso-te havemos de encontrar-nos os três e seja o que for aqui te prometo vai haver um morto vais ter meu querido um morto na família.

4

Como vês ou como não vês estou pendente de ti. Estou cheia de ti.

5

Agucei o olfacto para farejá-la melhor nas tuas camisas no jardim do teu peito. Se visses a subtileza do meu ouvido colado às portas que espectáculo magnífico e o olho na fechadura como o náufrago em sua tábua e o mar todo só para ele.

6

Os meus sentidos alerta podem reconhecer-te à distância de metros com uma névoa de cinema em pleno centro de Santiago ao meio-dia no meio da multidão. Todos os meus sentidos alerta. Digo, todos menos o sentido de humor.

7

Cuidado comigo, maldito, porque te amo.

8

É melhor acautelares-te. Sabes uma queda no banho essas são quedas fatais entendes-me um remédio a mais ou por engano estás a ver um acidente doméstico quem quer tem estás a arranjar uma tomada eléctrica e oh, surpresa, Fiat Lux! compreendes ou a faca de cozinha arrumada dentro da cama ou então o gás lento mas seguro como sabes. Por isso cuidado que te encontre confessado oleado e sacramentado caso eu te descubra amantíssimo herói.

9

Afago-te arranho-te com táctica felina porque me estás a mentir porque sei tudo eu te juro embora não digas nem pio.

10

Levaria a noite toda a contar os espantos que te daria caso se confirmassem as minhas – na tua miserável opinião – infundadas suspeitas. Não fazes ideia dos horrores de que sou capaz, vida minha, as mezinhas sem conta que arranjaria na cozinha até acertar na poção para te pôr fora de combate.

11

Nesta guerra sangrenta a matemática está do teu lado, porque eu sou uma e uma é nenhuma. Perante isso, eu deveria talvez depor as armas e despedir-me com os melhores votos, sede muito felizes, um raio que vos parta. Oxalá vos visite a cegonha periodicamente carregada de feitiços, que não faltem no himeneu as rainhas da morte, as parcas das infalíveis tesouras. Oh, Mnémesis, deusa fantástica da vingança!


(Trad. A.M.)

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