13.1.13

Ángel González (Que lhe havemos de fazer)





QUÉ LE VAMOS A HACER



Y ahora,
con el alma vacía como tantas
veces,
contemplo el lento paso de los días
que me empujan no sé hacia qué destino
oscuro, presentido
ya sin curiosidad. Es aburrido
saber y no saber, equivocarse
y acertar. También estar seguro
es tan insoportable en muchos casos
como dudar, como ceder, como desmoronarse.


Seguro, a salvo, ahora
que ya pasó el dolor,
observo la zozobra lo mismo que una estela
fundida a mis espaldas
con el espeso limo
de los sucesos cotidianos, dados
-antes de ser recuerdos- al olvido.
La indiferencia ante la propia suerte
no es mejor compañera que la angustia,
ni mi sonrisa
(cuando el azar nos pone,
viejo amor,
frente a frente)
representa otra cosa que la ausencia
de algún gesto más justo
para significar la seca, dolorosa,
irreparable pérdida del llanto.


Ángel González




E agora, de alma vazia como tantas
vezes,
contemplo o passar lento dos dias
que me empurram não sei para que destino
escuro, pressentido
já sem curiosidade. É aborrecido
saber e não saber, enganar-se
e acertar. Também estar seguro
é tão insuportável em muitos casos
como duvidar, como ceder, como desmoronar-se.


Seguro, a salvo, agora
que a dor já passou,
observo a borrasca tal como a esteira
fundida nas minhas costas
com o espesso limo
dos sucessos quotidianos, dados
ao esquecimento, antes de serem recordações.
A indiferença ante a própria sorte
não é melhor companheira que a angústia,
nem meu sorriso
(quando o acaso nos põe,
velho amor,
frente a frente)
representa outra coisa do que a ausência
de um gesto mais justo
para significar a seca, dolorosa,
irreparável perda do pranto.


(Trad. A.M.)

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