16.4.12

Uberto Stabile (Os impostores)






LOS IMPOSTORES



El olvido es la madrugada donde el miedo les hace fuertes
son como amantes inexpertos despidiéndose una y otra vez
sin terminar de pronunciar nunca el definitivo adiós.
Los impostores conocen todas las entradas y salidas de los sueños
todos los rodeos que hay que dar para llegar antes a ninguna parte.
Los impostores se suceden uno tras otro
confundidos entre la niebla y el amor ciego
son el ir y venir de una misma cosa
el plazo de una deuda que no se paga.
Ellos trazan las fronteras de países imaginarios
y juegan a conquistarlos desafiando al miedo.
Son audaces ante la adversidad
y pálidos bajo el fuego.
Ellos siempre andan pisándose los talones
en su loca carrera por no ser advertidos.
Frente a la verdad son invisibles
mudos frente al silencio.
Los impostores nunca tienen el mismo rostro
ni usan palabras que los delaten,
emboscados en sus viejas gabardinas
los impostores pasean al acecho bajo la lluvia.
Dicen venir de lejos
pero son siempre del mismo lugar
sus huellas no perduran
sus manos frías cambian de color
cuando alguien las estrecha.
Los impostores habitan el amor
como se habita una casa vacía,
mienten para sobrevivir
y viven con la incertidumbre atada al cuello.
Los impostores nos engañan con su certeza transparente
nos conducen sin tregua ni descanso
al lugar de siempre.
Los impostores somos nosotros
cuando cerramos los ojos
ante el amor que duele.


Uberto Stabile



[Desde babia2]






O olvido é a manhã em que o medo os faz fortes
são como amantes pouco sabidos
a despedir-se uma e outra vez
sem nunca acabar de dizer o adeus definitivo.
Os impostores conhecem as entradas todas e as saídas dos sonhos
todas as voltas a dar para chegar antes a lado nenhum.
Os impostores sucedem-se um atrás de outro
confundidos na névoa e no amor cego
são o ir e vir de uma só coisa
o prazo da dívida que não se paga.
Traçam as fronteiras de países imaginários
e brincam à conquista desafiando o medo,
audazes na adversidade,
brancos debaixo de fogo.
Andam sempre em fuga,
tentando passar despercebidos,
perante a verdade invisíveis,
mudos perante o silêncio.
Os impostores nunca têm o mesmo rosto,
nem usam palavras que os delatem,
embiocados em velhas gabardinas,
os impostores andam à espreita debaixo de chuva.
Dizem vir de longe
mas são do mesmo lugar,
o seu rasto não perdura
e as mãos frias mudam-lhes de cor
se alguém as aperta.
Os impostores habitam o amor
como se habita uma casa vazia,
mentem para sobreviver
e vivem com a incerteza atada ao pescoço.
Os impostores enganam com sua certeza transparente,
conduzem-nos ao lugar de sempre
sem trégua nem descanso.
Os impostores somos nós
quando fechamos os olhos
perante o amor que dói.


(Trad. A.M.)

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