14.10.10

Vicente Gallego (Nas horas escuras)






EN LAS HORAS OSCURAS





En las horas oscuras
que van creciendo en nuestras vidas
al igual que la noche se alarga en el invierno,
en esas horas, a menudo,
una imagen tenaz y hermosa me consuela.
Regreso hasta una playa de otro tiempo
todavía cercano. Es un día precioso
de final de septiembre, brilla el mar
con su estructura lenta, sugestivo y exacto
como un cuchillo.
Y no estoy solo,
un grupo de muchachas me acompaña;
el sol dora sus cuerpos de diecisiete años,
y es ya fresca la brisa, y en sus nucas
la humedad reaviva el aroma a colonia.
La tarde es un clamor de tiempo invicto,
y las muchachas ríen, y me dan su alegría,
aunque no amo a ninguna,
y hay un aire de adiós en cada cosa:
en el verano aquel, en aquellas muchachas
que desconozco hoy, y en la luz de la playa.


Apuré aquel momento agradecido,
al igual que se goza un hermoso regalo,
en su dicha sereno, destinado a perderse
tras la felicidad frecuente de esos años.
Y ahora comprendo que en aquella tarde
algo más que belleza se ocultaba,
porque su luz me salva, muchas veces,
en las horas oscuras.
En las horas oscuras me consuela
una imagen tenaz de la alegría.
Y yo aún me pregunto por qué vuelve,
y qué es lo que perdí en aquella playa.



Vicente Gallego



[Cervantes]






Nas horas escuras
que vão crescendo em nossas vidas
tal como a noite fica maior no Inverno,
nessas horas, amiúde,
uma imagem me consola bela e tenaz.
Retorno a uma praia de outro tempo
ainda próximo. É um dia estupendo
de fim de Setembro, brilhando o mar
em sua estrutura lenta, sugestivo e exacto
como um punhal.
E eu não estou só,
há um grupo de raparigas;
o sol doura-lhes os corpos de dezassete anos,
é já fresca a brisa e a humidade
reaviva-lhes nas nucas o aroma de colónia.
A tarde é um clamor de tempo invicto,
riem as raparigas e dão-me a sua alegria,
embora eu não ame nenhuma,
e há um ar de adeus em cada coisa:
nesse Verão, nessas raparigas
que hoje desconheço e na luz da praia.


Saboreei agradecido tal momento,
assim como se goza um belo presente,
em sua ventura sereno, destinado a perder-se
após a felicidade frequente desses anos.
E agora compreendo que nessa tarde
ocultava-se algo mais que beleza,
porque a sua luz me salva, muita vez,
nas horas escuras.
Nessas horas escuras consola-me
uma imagem tenaz da alegria.
E eu pergunto-me ainda por que volta
e o que foi que eu perdi naquela praia.


(Trad. A.M.)

.