12.9.10

Rogelio Ramos Signes (Engenharia do coração)






INGENIERÍA DEL CORAZÓN





No todos mis caminos conducen a Roma.
Vientos huracanados
de más de cien desazones por hora
echaron abajo el mejor de mis puentes
(los vecinos más viejos cayeron al vacío).
Lluvias que suceden por debajo de los ojos,
algunos excesos -que fueron muchos-
y esa suerte que siempre está de espaldas
dañaron la carretera más pequeña
(mujeres empantanadas
terminaron desarmándose
en la boca humeante de los lobos).
Pero, aquí me ves
recostado a pesar de la prisa
aguardando la buena voluntad
de obreros que no conozco
y una pizca de miedo.


Dicen que en los caminos
que todavía conducen a Roma
hace mucho calor
y la gente discute sin motivos.


Aquí el frío por momentos es intolerable,
la tinta se cristaliza antes de llegar al papel
y algunas lenguas improvisan saludos.
Hasta donde pude averiguar
nadie sabe quién poda por las noches
el ligustro de los sueños.


El café está prohibido.



Rogelio Ramos Signes






Nem todos os caminhos meus levam a Roma.
Ventos ciclónicos
a mais de cem moléstias à hora
deitaram abaixo a melhor das minhas pontes
(caíram no vazio os moradores mais velhos).
Chuvas que se juntam por baixo dos olhos,
alguns excessos – que foram muitos –
e essa sorte que está sempre de costas
estragaram a estrada pequena
(mulheres atoladas
acabaram por desmontar-se
na boca fumegante dos lobos).
Mas aqui me tens
recostado apesar da pressa
aguardando a boa vontade
de operários que não conheço
e um nadica de medo.


Dizem que nos caminhos
que ainda vão dar a Roma
está muito calor
e as pessoas ralham sem razão.


Aqui às vezes o frio é insuportável,
até a tinta gela antes de tocar no papel
e algumas línguas improvisam saudações.
Até onde pude averiguar
ninguém sabe quem à noite poda
o arbusto dos sonhos.


O café é proibido.



(Trad. A.M.)

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